viernes, 2 de septiembre de 2011

El Kaulán

Kaulán era un guerrero, temerario y valiente,
un guerrero orgulloso que no quiso morir,
que se internó en las aguas luchando por su gente
y al morir se hizo roca para siempre vivir.

Mar afuera se yergue un peñón imponente,
el Kaulán  es mi trono, mi país es el mar,
mi vista lo recorre y llega al horizonte
un lugar al que nadie nunca puede llegar.

Frente al mar, catedral de cristal en movimiento
se levantan las rocas cual góticos altares,
un himno sacro cantan las olas con el viento
y las olas revientan como un ramo de azahares.

En lo alto de un peñasco, mirando mar afuera
al fin llego a concebir una nueva experiencia,
el conocimiento de lo que soy y lo que era
una pizca de nada, pero tengo conciencia.

Las gaviotas rasgan el silencio con sus gritos
y las olas extienden sus manteles de espuma,
las aves se enamoran con marineros ritos
y se aman pudorosas ocultas en la bruma

El mar se mueve en una permanente agonía
una ola furibunda contra una roca estalla,
creando los acordes de una sinfonía,
y otra, humildemente, se desmaya en la playa.

Este océano atávico es mi padre y mi destino,
origen de la vida, inquietante y hermoso.
Inmenso, inacabable, sin metas ni caminos
sagrado, imponente, solemne , poderoso

El Kaulán es mi templo al que yo vengo a orar
siento que Dios me habla con el mar y el viento,
siento que está conmigo, sentado frente al mar,
tomándome la mano como en un sacramento.


-o0*0o-


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